domingo, julio 22, 2007

Plebeyos


Una monarquía necesita de plebeyos para sustentar su ego y su farsa despótica. El plebeyo es una naturaleza humana andante y resistente en América Látina. La costumbre y el miedo lo han convertido en aquél miserable que recibe lo poco que las monarquías botan por sus letrinas.

Las monarquías han utilizado sucesivamente dos vías para mantener el poder : la más hipócrita es la que consiste en organizar elecciones bajo el eufemismo de "democráticas", un juego bastardo e iluso donde unos cuantos títeres de las oligarquías juegan a ser elegidos Presidentes de La República (palabra majestuosa cuyo significado desconocemos en pro de su emotiva sonoridad).La segunda vía ya la calificaba Miguel Angel Asturias de "altruismo agresivo" y consiste en poner en el trono a un varón de voz gruesa y maneras agresivas para atemorizar a los plebeyos, satisfacer a las queridas fuerzas armadas y poder convertir a la República en un cuartel de baja categoría del gobierno americano.
Sin embargo hemos asistido en América del Sur a una fumigación de aquellas moscas sanguinarias emborrachadas con el néctar de las monarquías: los plebeyos han accedido demcráticamente al poder. Lucio Gutiérrez (Ecuador), Chávez (Venezuela), Toledo (Perú, "Lula" (Brasil) y próximamente Evo Morales (Bolivia), son todos oriundos de esa "chuzma" odiada por las monarquías y para la cual es un delito igualarse con los "doctores". Son todos unos "indiecitos", con cara de emboladores o de celadores oímos decir en las conversaciones risueñas de las monarquías. Todo parece ser un juego maquiavélico en el cual los patrones de las fincas dejan por un tiempo a sus empleados en el poder. Con ellos las monarquías muestran su capacidad de justicia y la solidez del sistema democrático, pero lo más sórdido de ésta farsa es que lo hacen para demostrarle al pueblo lo incapaces que son para manejar las riendas del país. Es algo así como dejarle el mando de la finca al empleado mientras el doctor se va de vacaciones o se echa simplemente la siesta placentera. Tras lo cual, al empleado le queda grande la tarea y ante su incompetencia el doctor desata toda su furia. Resultado: los plebeyos verán con sus propios ojos la incompetencia de uno de los suyos, se arrodillarán de inmediato ante el nuevo monarca. Total, el doctor es el que sabe.

Como ya ocurrió con Lucio Gutiérrez, y ahora recientemente con Lula, los medios de comunicación de las monarquías dejan gobernar al plebeyo de turno, para preparar mejor la arremetida mediática contra este plebeyo igualado. Lucio, un militar totalmente incompetente y abandonado por el zar del banano ecuatoriano y toda su maquinaria, vio lo triste que es ser elegido demócraticamente y ser incapaz de regir el país por el abandono de las monarquías. Lo eligió la voz del pueblo, sí, pero sólo gobernará con los secretos de las monarquías: en el caso de Ecuador la voz susurrante del Rey del banano, Alvaro Novoa, que fue también candidato presidencial....
El caso de Lula es todavía más traumático: su ascenso al poder fue celebrado con un "Viva Brasil!" por el editorialista del Monde Diplomatique, Ignacio Ramonet: era el aunténtico Lech Walesa latino, un obrero al mando de la octava economía mundial. Alegría en todos los movimientos de izquierda. Señores un poco de calma: un plebeyo sin formación alguna y sin rosca era el preludio de una tragedia cuyo metrónomo sería el dedo meñique de los terratenientes brasileños. Los medios, al oír la señal como un perro sabueso en una jornada de caza, ametrallaron al pobre Lula con los problemas de corrupción de su gobierno: "para eso quieren elecciones democráticas?", gritaban a voces. Lula perdió todas las credenciales morales y éticas que sotenían su movimiento. Hasta Ignacio Ramonet expresó su profunda decepción.
El caso del "Cholo" Toledo es más complicado, pues sí posee una formación académica con maestría en Harvard. Es un arrimado que sabe dirían los envidiosos criollos peruanos. Un plebeyo que todavía sigue en el poder, quizás unos años más para que la élite pueda estar segura de la amnesia popular y que el onorable señor Alan García pueda volerse a presentar... y por qué no el Chino? En el continente del realismo mágico lo imposible no es más que la fórmula química de la realidad.
Los dos últimos casos de plebeyos abandonados en el poder obtenido democráticamente: Chávez y Evo Morales. De Chávez sólo me queda decir que es un oportunista sin ninguna formación académica, que se convirtió al socialismo de una manera vulgar, carente de coherencia ideológica. Toda su suerte es negra color petróleo, que lo hace inmune al bombardeo mediático de las monarquías que por primera vez no pueden sacar al plebeyo con los métodos tradicionales. El movimiento de Chávez puede dar sus frutos si se le unen miembros de la élite intelectual que se solidarizen con su causa y le ayuden a crear una ideología mucho más profunda de lo que nos grita en sus discursos. Le falta formación, le faltan ideas, le falta reflexión. Y le sobran oportunismo y malicia.
Evo, qué decir de él?... Saltó a la fama con el tema del gas en Bolivia saliendo en la película "The Corporation" junto a Noam Chomsky y otros gurús de la actualidad intelectual. En el país en el que contar los años es contar los golpes de Estado poco futuro le veo a Evo. Muy bien organizar manifestaciones y tumbar al presidente, eso ya lo vimos en Ecuador y ya vieron el resultado.

Para todos los plebeyos: armar manifestaciones, tumbar a un presidente, acceder demócraticamente al poder, puede ser muy valiosos en nuestro continente. Sin embargo la falta de formación y la manipulación de las monarquías los ridiculzan aún más. No los eligió el pueblo, no se engañen, fueron las monarquías que los dejaron beber la ambrosía del poder para después decapitarlos y dejarlos en el olvido. Es una desgracia pero mientras no seamos solidarios y mientras la parábola de la finca siga siendo nuestro lema, nunca avanzaremos.

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