SÍ
Advierto de entrada: no vi ninguno de los partidos clasificatorios de la Selección. Pero así como ella se permite perder sin ninguna vergüenza, yo me doy la licencia de opinar descaradamente sobre porqué se merece su suerte infame. Porque no hace falta estar suscrito al canal “Tele Colombia”, o como sea que se llame, para saber como jugamos. Jugamos mal, vivimos del pasado y el futuro parece tenernos sin cuidado. Nos excusamos en el mito: aquél 1-1- contra Alemania en Italia ´90, el 5-0 contra Argentina.
Por simple justicia y consideración de la salud de los colombianos, la Selección Colombia no merecía ir a este Mundial.
La justicia primero. Uno no puede vivir quejándose de la mediocridad en que se han sumido los Mundiales y a la vez aceptar que un equipo como Colombia lo juegue, después de mendigar como un vago pordiosero su clasificación. Lo teníamos todo, pero el destino manifiesto es más fuerte: empate contra Chile, triunfo moral e inútil contra Paraguay. No sé si recuerden (porque en Colombia nadie recuerda nada, y por eso nos pasa siempre lo mismo) aquél 4-0 contra Paraguay en Asunción hace 4 años, al tiempo en que ahogábamos nuestro fracaso en la victoria patriótica de la elección de Uribe. Claro, triunfo moral, pero no real (al revés: surrealista, casi) pues no sirvió de nada: en cambio se clasificó Uruguay con su 1-0 contra Argentina. Igual que ahora: es que parecemos condenados por la Historia. Para el peso, faltaron los 5 centavos. Un gol, y todo por dejar la tarea para el último segundo: a ver si con este soplo alcanza. Pasa que nunca alcanza, y en cambio si se sufre. Sufren los jugadores, sufre Colombia entera. Y es por eso, para evitarnos más infartos, más tiros, más muertos, que la no clasificación me parece merecida. Porque en Alemania de todas formas hubiéramos sufrido innecesariamente: no íbamos a ganarnos ni las gracias.
NO
De nuevo pecaré de mala fé en el debate, pero mi amigo Malaparte con su negativismo desgarra las almas de los colombianos cuyos dos pilares emocionales son los futbolistas y las reinas. Colombia merecía ir al Mundial para que hubiésemos gozado de una triple alegría patriótica en este fin de mes con la reelección de Uribe y le reinado de belleza que concluía de manera gloriosa nuestro jolgorio.
Nuestro fútbol por categoría de ciertos de sus jugadores (Perea, Iván Córdoba, Yepes), merecían una directiva y un equipo que los hiciera participar en el certamen mundialista. No merecemos que nuestros jugadores no tengan el carácter suficiente para ser profesionales responsables, que los directivos hagan una vergonzosa planificación para las eliminatorias y que el técnico no tenga la suficiente entereza para haber abandonado la nave por vergüenza propia. Estos mismos jugadores fueron capaces de hacer partidos memorables como aquel 5-0 a Uruguay pero sicológicamente se vienen abajo del día a la mañana. No merecemos jugadores que aparecen después de una larga travesía del desierto – caso Pachequito- que vuelven para salvar un partido y desaparecer para siempre otra vez. Mala noticia para los que habían empeñado los electrodomésticos entre ellos el televisor para pagarse un viaje a Alemania, tendrán que volver a la compraventa a por él, como hace 4 años. Una generación de buenos futbolistas perdida, la Selección no se lo merecía.
martes, noviembre 01, 2005
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1 comentario:
La Selección colombia contiene todos los vicios de la sociedad colombiana: alcoholemia, pereza, vaganbundería y fracaso: no es una suerte infame creo que nos pasa solo lo que es normal.
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